¿Cómo te llamas, cómo conociste a Rocío y Eduardo, cuánto tiempo hace?
Me llamaba Nissan Navara, hasta que me pusieron la cèlula camper encima. Desde entonces me llaman Tundra.
Conocí a Rocío y Eduardo en Lugo con tan solo 80.000 kilómetros, mi anterior dueño me cuidaba mucho y solo me utilizaba para llevar bicicletes al monte. Cuando vio que montaban a la bola de pelo que es Cuzco, su perro, en la parte trasera insistió en regalarles una sabana a Rocío y a Edu para cuidar que no cayeran pelos en mi parte de atrás jaja Le imagino ahora viendo los vídeos de Youtube en los que salgo, y como estoy lleno de barro todo el día.
De ese día ya hace dos años y pico. Y aunque soy un vehiculo del 2007, 1.9 DCI con 171CV, estoy demostrando que puedo dar mucha guerra aún.

¿Eres el primero en sus vidas?
¡Que va! Antes que yo hubo otras dos furgonetas camper… y si a mí me dan la misma caña que a ellas, que no eran 4×4, las compadezco.
Edu y Rocío tuvieron su primera furgoneta, una Renault Trafic mediana en 2016, la camperizaron de manera sencilla y viajaron un mes por Europa. Fue ahí cuando decidieron que el mundo del caravaning les flipaba y querían viajar en camper por temporadas más largas.
Para ello compraron su segunda furgoneta en 2018, una Renault Master gran volumen de 2007. De nuevo la camperizaron ellos mismos y a la vez crearon el proyecto de Sin Código Postal, una web donde el plan era compartir toda su experiencia sobre camperización y viajes camper. Además querían convertir su proyecto en su fuente de ingresos, para poder trabajar en ruta, y así llegar al objetivo de viajar y vivir en camper de manera continua, todo el año. Por ello a la web le siguieron la creación de un canal de Youtube y de sus redes sociales.
Y en un viaje por las Islas Canarias con esta última furgoneta gran volumen, vieron una célula camper y se quedaron enamorados. Y ahí empieza mi historia, según llegaron de Canarias, se pusieron a buscar vehículo y en una página web de segunda mano estaba yo, un Nissan Navara blanco. Y en menos de 2 semanas ya me estaban midiendo para saber las medidas de la célula camper que llevaría encima.
La célula que transporto es móvil, pueden ponerla y quitarla sin mayor dificultad apoyándola en unas patas extensibles, y es genial por que así no la han tenido que homologar.
Lo que si han tenido que homologar es toda mi preparación para los viajes off road que tenían organizados Edu y Rocío para mí: snorkel, cabrestante, suspensión tough dog, ballestas (8 hojas), planchas de protección completas de Almont y un segundo filtro de diésel.

¿Dónde te han llevado y dónde quieren llevarte?
… lo que más les mueve es salir de su zona de confort … los cambios y los choques culturales de otros países.
El tipo de viaje de Edu y Rocío, el cuál suele salirse de carreteras asfaltadas, exigía un vehiculo acorde. Su furgoneta bastante había hecho ya (como llegar al Svaneti en Georgia o a Lukomir en Bosnia), pero el viaje que tenían en mente requería de un 4×4. Y es que me adquirieron para recorrer África durante 5 meses.
Marruecos, Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Conakry, Sierra Leona… fue mi primer viaje, mi estreno. Y di muy bien la talla, aunque la célula que llevo encima no es la opción más offroad que puedas encontrar debido a su peso, para Edu y Rocío era muy importante la comodidad, pues no solo viajan, si no que viven y trabajan en la célula a tiempo completo. Y prescinden de un offroad intenso, por la comodidad de llevar su casa hasta lo más lejos que puedan.
Antes de concerme a mi, Edu y Rocío ya habían averiguado que lo que más les mueve es salir de su zona de confort, los viajes por Europa o por zonas que se parezcan a España no les crean tanta curiosidad como los cambios y los choques culturales de otros países. Por eso, ahora mismo te escribo todo esto desde Uzbekistán, porque estamos viajando para conocer este grupo de países de Asía Central apodados los “stanes” (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán…)


¿Planean o improvisan?
Mis dueños disfrutan el viaje tres veces, cuando se lo imaginan, cuando lo planean y cuando lo disfrutan. Así que la respuesta a esta pregunta es: planean.
Organizan la documentación para estos viajes que suele requerir de Carnet de Passage, visados, seguros de viaje (puedes conseguir un 5% de descuento en IATI) y seguros de vehículo en cada país, diferentes permisos y registros de extranjeros… Hay que investigar mucho (leer libros, foros, paginas oficiales…) para llevar todo en orden, ya que prácticamente cada mes estan en un nuevo país.
Antes de los viajes Edu y Rocío estaban centrados al 100% en aprender sobre camperizar, que era lo que necesitaban en ese momento. Una vez se lanzaron a su primer viaje largo de 9 meses fue cuando mejoraron su inglés, aprendieron a manejar con soltura todas las aplicaciones que les facilitan el viaje (como iOverlander entre otras) y sobretodo, algo que solo se puede aprender a manejar en ruta, la pérdida de rutina y solventar todos los imprevistos que ocurren mientras viajas con positivimo y paciencia (cruce de fronteras, roturas de vehiculo, encontronazos en según que situaciones con otras personas…)

¿Qué aficiones, hobbies, pasiones, neuras... son vuestras compañeras de viaje?
Una vez alguien nos dijo que “hacer de tus hobbies y pasiones tu trabajo era un arma de doble filo”. De aquellas no le dimos más importancia, pero ahora lo entendemos al 100%. Nuestra pasión y afición es viajar y camperizar, y ahora lo hemos convertido en nuestro trabajo. Por lo tanto, es una ardua tarea discernir entre trabajo y disfrute ahora mismo.
Realmente nos encanta compartir y crear contenido en todas nuestras plataformas, pero por otra parte nos cuesta mucho disfrutar y solo disfrutar de los viajes porque tenemos que documentarlo todo para después poderlo compartir. Ya no concebimos una cosa sin la otra.
A parte de caer en el tópico de mi afición es mi trabajo, nos gusta mucho leer y por ello nos animamos a escribir un libro, que al final han sido tres: Guía de Cómo camperizar una furgoneta, Guía de la #VanLife: como viajar y vivir en camper y por último Rutas por España en autocaravana o furgoneta camper.
Y ya que venimos “a mojarnos” en esta entrevista, allà vamos con nuestras neuras. Rocío es una loca de la limpieza, cosa que viviendo en 6 metros cuadrados dos personas y un perro, y estando siempre en desiertos, montañas, playas… no es muy fácil de compaginar. Y Edu es un polvorilla, y no puede literalmente estar un momento quieto, ni física ni mentalmente. Siempre esta viajando, pero pensando en nuevos viajes y proyectos y tiene un hobbie que no es muy compatible viviendo en una casa tan pequeña como una cèlula camper, y son los deportes con “cachibaches”. Siempre quiere llevar en sus viajes (y esperar que todo entre) bicicleta, kayak, esquis, raquetas de nieve, piolets, crampones, slackeline….


¿Algún susto o avería?
La verdad que viajar ha hecho que Edu y Rocío tengan un montón de anècdotas que contar. Ya con mi antecessora, la furgoneta gran volumen tuvieron que ser rescatados por unos bomberos en Montenegro, tras meterse por un camino que ponía “only 4×4” e incluso en otra ocasión se les rompió el freno de mano en un parking con mucho desnivel y el vehiculo callo por un barranco pero pudo ser recuperado sin rasguño alguno por una inmensa grúa.
Y ahora conmigo, y es bien reciente esta rotura, se me partió el chasis en medio de la estepa de Kazajistán. Consiguieron llegar a un campamento de yurtas conduciendo muy pero que muy despacio, para pedir ayuda, descargar la cèlula, llevarme a mí solo en una grúa, y poder soldar mi chasis en un taller.
Y sustos, que finalmente no llegan a ser más que eso, tienen listados unos cuantos: perderse haciendo una ruta por el desierto del Ojo de Mauritania y tener que pasar noche y descubrir el camino gracias al drone, casi volcar de lado en un camino de un pueblo de montaña en Senegal por que yendo por allí hubiesen ahorrado 5 horas de carretera hacia la frontera, pero la mejor sin duda, fue cuando después de 5 meses por África sin percances y de camino a su casa en León, pararon a hacer noche en un pequeño monte de Madrid al lado de la autovía. Después de creerse overlanders al 100% la mala suerte hizo que quedaran atrapados en un inmenso charco. Un todoterreno intento sacarles con el winch sin éxito y durante unas cuantas horas tuvieron que palear barro hasta que pudieron salir ¡en Madrid! ¡Al lado de la autovía! Nunca sabes donde esta el peligro.

Tundra se despide compartiendo una lección aprendida en el camino.
Pues Edu y Rocío siempre dicen que viajando han aprendido o se han dado cuenta de tres cosas:
La primera de la que se han dado cuenta es que las dos palabras que aprenden siempre primero en otros idiomas son «hola» y «gracias». Y lo lejos que se puede llegar con dos palabras tan simples. Con ellas, y junto con gestos, han conseguido pasar días completos con familias que no hablan su idioma y les han abierto las puertas de sus casas, o pedir ayuda para todas sus averías.
También han aprendido cuando han vuelto de sus viajes a España, que muchos de los problemas que tenían antes de vivir viajando, muchas veces para solucionarlos solo era cuestión de tiempo o paciencia. Mientras que antes había problemas que eran un engorro, después de viajar y ver otras realidades o dificultades de otros países, les sirvió para darse cuenta de que deben agradecer más por todo lo que tienen, y aprendieron a relativizar sus problemas al poder viajar por Sierra Leona, uno de los países más pobres del mundo, visitar una mina de oro en Senegal y ver las condiciones de vida de familias enteras allí… te hace pensar que quizás “perder una mañana porque la cola del banco era inmensa” no es realmente un problema.
Y por último, que aunque los medios de comunicación muchas veces nos hacen ver solo la parte negativa del mundo, hay mucha gente buena dispuesta a ayudarte sin conocerte de nada, o simplemente hacerte pasar un buen rato en una charla para contarte todo lo bueno que encontrarás en su país mientras viajes por él.

Respeto hacia el entorno, el medioambiente y la normativa de cada país
¡Nos vemos en el camino!
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